Si hoy resulta un simpático perro de compañía al que le gusta vivir su ocio entre suaves almohadones, el Bulldog francés fue, durante casi todo el siglo pasado, el perro de los mozos de cordel y carniceros de los bajos fondos de París, que lo adiestraban como perro de combate para cruzar apuestas en sanguinarios encuentros, hoy afortunadamente terminados. Este perro se ha convertido en un tranquilo y pacífico animal que disfruta jugando con los niños.